LAS NUEVE CONCIENCIAS (1ª PARTE.)
NO CREAIS NADA POR ELSIMPLE HECHO DE QUE MUCHOS LO CREAN O FINJAN CREERLO, CREEDLO DESPUÉS DE SOMETERLO AL DICTAMEN DE LA RAZÓN Y A LA VOZ DE LA CONCIENCIA
BUDHA
Uno de los conceptos más
interesantes del Budismo es el de las nueve conciencias, estas conciencias nos
acompañan desde el momento de la concepción hasta nuestra muerte, e incluso
después de ella en un continuo hasta que logramos detener la rueda del samsara.
La comprensión de las nueve
conciencias nos permite incrementar nuestra cuenta de méritos y crear causas que nos permitan el
disfrute de la existencia en este mundo
saha, así como aprovechar al máximo nuestra experiencia de vida, aun cuando
estos son niveles que se esparcen entre el mundo físico y espiritual,
confirmando con esto que lo material y espiritual no están separados sino que
conforman un todo, tal como se explica en el Tao y se expresa en el símbolo del
Yin y el Yang, que aunque sin ser budistas son elementos que ayudan y complementan nuestra visión acerca de las
cosas fenomenómicas de nuestra existencia.
Esta percepción nos lleva a
analizar los dos conceptos importantes de nuestra existencia, el cuerpo y la
mente, considerando el cuerpo como la parte material, física aquella que
podemos tocar, ver y sentir y la mente es el aspecto espiritual, el ámbito del
pensamiento, aquella parte sutil de nuestro ser que no podemos ver ni sentir
pero que sabemos que está allí, que existe y que nos mueve a ser como somos.
Lógicamente estas dos cosas, el
cuerpo y la mente, no se pueden separar, al menos no en este mundo físico, no
hay cuerpo sin mente y no existe la mente como tal sin la participación del
cuerpo a través del cerebro que es la parte material de la mente.
De las nueve conciencias cinco se
relacionan con la parte material del ser y cuatro con la parte espiritual, las
que corresponden a la parte material se relacionan con los cinco sentidos ya
conocidos por todos nosotros y que nos enseñan desde la infancia, en nuestra
etapa escolar. Las nueve son:
1ª
conciencia: sentido del tacto
2ª
conciencia: sentido del gusto
3ª
conciencia: sentido del olfato
4ª
conciencia: sentido del oído
5ª
conciencia: sentido de la vista
6ª
conciencia: integración y percepción
7ª
conciencia: mano conciencia
8ª
conciencia: conciencia Alaya
9ª
conciencia: Budeidad.
Es increíble percibir que las
nueve conciencias se hacen presentes en nuestra vida diaria, las utilizamos aun
sin darnos cuenta de ello, a excepción de las personas que lamentablemente
carecen de alguna de las primeras cinco por algún accidente o por causas
genéticas, todos los demás podemos disfrutar y aprovechar
su beneficio, inclusive aquellos que no puedan contar con alguna de ellas ya
que las demás sustituyen a la faltante.
La primera de las conciencias es
el sentido del tacto, esta pertenece al mundo material igual que las primeras
cinco, es lo que nos hace sentir y percibir a través de nuestra piel los
estímulos generados por los diversos
elementos, cosas e incluso personas, sin embargo, la conciencia no radica en
tener el sentido del tacto, ya que todos los seres vivientes y sintientes lo
tenemos, la sabiduría del sentir radica en nuestra capacidad para disfrutar los
estímulos recibidos con pleno conocimiento de nuestras sensaciones,
identificando cada uno de los estímulos, percibiendo lo que realmente nos
quieren decir, ya que forman parte de un mecanismo de comunicación.
Recuerda querid@ herman@, si has
tenido la oportunidad de ser padre o de estar con un bebé, la belleza que se
transmite al tocar su piel tersa, suave, o cuando acaricias un animal con piel
mullida, la sensación que experimentas.
El tener conciencia del tacto nos
protege de muchas cosas, del calor, del frío y en otros casos, nos avisa del dolor o enfermedad. Nos ayuda a escuchar
a nuestro cuerpo, ya que a través de lo que nuestro cuerpo nos comunica podemos
detener o incrementar alguna actividad
física, además, podemos transmitir nuestros sentimientos a otros seres
sintientes, una caricia tibia nos acerca a un ser querido mientras que la
brusquedad de la misma provoca alejamiento. Reflexiona acerca de la importancia
de estar concientes de nuestro sentido del tacto.
La segunda conciencia es la del
gusto, a través de desarrollar esta conciencia, podemos distinguir
verdaderamente los cinco sabores y saber cuando alguno es benéfico para
nosotros y cuando no, el gusto en sus principios ayuda al niño recién nacido a
encontrar el sabor del alimento en la leche materna, sin importar de donde
provenga, ya desarrollado podemos distinguir de un veneno y un alimento
saludable, e incluso, nuestro cuerpo nos protege a través del sentido del gusto
ya que nos hace rechazar alimentos que podrían hacernos mal. Debemos entrenar a
nuestro sentido del gusto en la conciencia de los alimentos para poder elegir,
aún sin ver, aquellas comidas que sean beneficiosas para nuestra salud.
La tercera conciencia es el
sentido del olfato, este sentido está íntimamente relacionado con la conciencia
anterior ya que el olor de los alimentos nos ayuda a identificar el sabor de
los mismos, además, con la participación de ambos se genera el apetito,
mecanismo que nos mantiene vivos a través del deseo de ingerir alimentos.
El olfato desarrollado nos ha
protegido a través de los siglos, es por ello que una cría reconoce a su madre,
aún antes de poder identificarla visualmente, de igual forma influye en el
proceso de procreación ya que los seres vivos se sienten atraídos o rechazados
por el olor de su contraparte.
Cuando un ser humano recupera la
conciencia olfativa, es capaz de reconocer incluso el olor de las feromonas
emitidas por seres del género opuesto, esta cualidad se considera latente en
los seres humanos, se ha opacado principalmente
por el uso de perfumes y lociones que nulifican el aroma de las feromonas
sexuales, es por ello que el ser humano ha dejado incluso de producirlas en
cantidad suficiente para que su par femenino o masculino sea capaz de sentirlas
y sentirse influenciado por ellas.
Es muy triste encontrarnos
personas que han perdido la conciencia olfativa, no por algún accidente sino
por falta de uso, y que no pueden disfrutar del aroma de las flores, del pasto
recién cortado, del olor del bosque, de las aguas tranquilas de una laguna o
del aroma salobre del mar por la simple razón de haber descuidado el desarrollo
de esta conciencia.
Recordemos que los animales
marcan su factor de sobrevivencia en la conciencia olfativa, tanto para delimitar su territorio, defenderse o huir como para aparearse y procrear manteniendo viva a su especie.
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