jueves, 26 de marzo de 2015

LAS CUATRO NOBLES VERDADES

“LAS CUATRO NOBLES VERDADES”
“Esta es la noble verdad de la existencia de dukkha (sufrimiento). El nacimiento es doloroso, el envejecimiento es doloroso, la enfermedad es dolorosa, la muerte es    dolorosa.”
BUDHA.


Namaskar, queridos hermanos, quiero compartir que  hace unos días, tuve la oportunidad de asistir a una disertación acerca del dharma impartida por un representante de otra doctrina, ajena al budismo que respeto y aprecio. En ella se mencionó de forma referencial la enseñanza de  las cuatro nobles verdades del Budha, enfatizando la visión pesimista del budismo acerca de nuestra existencia en este mundo saha, visión que por cierto no comparto y que evité debatir en ese momento por consideración al espacio, lugar y persona que compartía su conocimiento.


Sin embargo, ninguna de las cuatro nobles verdades expresadas por el Budha,  verdades universales  y fundamento de la religión y/o filosofía budista, no tiene en sí el significado pesimista o de índole existencial que muchos ignorantes de la verdadera connotación le atribuyen.
Esto lo afirmó por propia experiencia, por haber llevado a mi vida la práctica de las enseñanzas plasmadas por El que así llega y que me han conducido a la experimentación de la paz y tranquilidad espiritual que son resultado de reconocer y aplicar estas verdades que ningún ser humano en cualquier religión, culto o creencia  puede negar o evitar que se presenten, al menos la primera de las nobles verdades según explicaremos más adelante.


Para dar luz acerca del significado de las Cuatro Nobles Verdades, compartiré el primer  discurso del Budha en el Bosque del Ciervo, en Paranasi, ante los cinco ascetas, discurso nombrado como “Girando la Rueda del Dharma”, pero más conocido como “Las cuatro nobles verdades”, esto según el Canon Pali.


“Esto es lo que he oído:
 El  Señor estaba morando en  Paranasi, en el Bosque del Ciervo, en Visipatana. Se dirige al grupo    de cinco monjes:
 “Uno no debe seguir caminos extremos: vivir a base de placeres propios, que es bajo,  grosero, incivilizado y sin sentido; o vivir a base de la mortificación propia, que es doloroso,   incivilizado  y sin sentido.
 El Tathagata (es la referencia que el Budha utiliza para dirigirse a sí mismo,vendría a significar “el que está aquí”) ha llegado al camino medio, que no acepta ninguno de estos   extremos.
 Es un camino que genera visión y comprensión. Conduce a la tranquilidad interior, al   despertar y a la liberación, al Nirvana.
 Tiene ocho ramas: a través del ver, del pensar, a través del habla, de la acción, del medio  de vida, de la resolución, de la recolección y de la concentración.


Esta es la noble verdad de la existencia de dukkha (sufrimiento).
El nacimiento es doloroso, el envejecimiento es doloroso, la enfermedad es dolorosa, la  muerte es dolorosa. Encontrar lo que no es querido es doloroso, la separación de lo que es  querido es dolorosa, no obtener lo que uno quiere es doloroso.
 En resumen, los cinco agregados (cuerpo, emociones, percepciones, voliciones y    conciencia) son dolorosos.
Esta es la noble verdad del sufrimiento.  
Esta es la noble verdad del origen del sufrimiento:
El apego que conduce a la existencia repetida, abandonando la vida  y queriendo permanecer.
 Cuanto más se abandona uno en esto, se convierte  en  la estimulación del apego.
 Apego por la existencia, apego por la no existencia.
 Esta es la noble verdad del cese del sufrimiento, la desaparición de todo trazo o   mantenimiento del apego.
 La desaparición y el abandono del apego que conduce a experimentar la libertad e   independencia.
Esta es la noble verdad del Camino que conduce al cese del sufrimiento, el camino con  ocho
 ramas: a través de la vista, del pensamiento, del habla, de la actividad, del medio de vida,  de  la resolución, de la atención, y de la concentración tal es el sufrimiento, puede ser  completamente conocido.
  Ha sido completamente conocido. Tal es el origen del sufrimiento. Puede ser rechazado.
 Ha sido rechazado. Tal es el cese del sufrimiento. Puede ser experimentado, ha sido  experimentado. Tal es el Camino que conduce al cese del sufrimiento. Puede ser cultivado. Ha sido   cultivado.
 Así  ha aparecido a mi visión, comprensión, inteligencia, conocimiento e iluminación sobre   cosas no previamente conocidas.
 En tanto en cuanto mi visión y conocimiento no ha sido completamente clara en todas sus
 formas sobre la realidad de las cuatro nobles verdades, no reclamé haber tenido un puro
 Despertar en este mundo, con sus formas humanas y celestiales, dioses y formas   malignas.
 Solo cuando mi conocimiento y visión fue clara en todas sus formas, fue cuando realmente
 reclamé haber obtenido el Despertar.
 El conocimiento y visión  apareció dentro de mí de forma que la libertad de mi mente es
 inamovible.
 Este es el último nacimiento. No hay más experiencias repetidas”.
 Esto es lo que dijo  el Señor.
 Inspirados, los cinco monjes se deleitaron en sus palabras, y mientras el discurso era   dicho, el ecuánime ojo del Dharma apareció en el Venerable Condania que dijo:
 Todo lo que se origina, cesa .


Lo expresado en este discurso no significa que el budista acepte una vida llena de sufrimiento, aunque los motivos para que este se de son muy claros, en realidad, el ser humano sufre por todo, por nacer, por envejecer, por morir, por enfermarse, por tener o no tener, por ser amado u odiado, o viceversa, amar u odiar a otros seres, en fin la oportunidad para sufrir es inmensa y cada ser hace el infierno a la medida de sus deseos conforme a  los cinco agregados.


Sin embargo, la enseñanza que nos presenta Sidartha en este primer discurso, es en realidad un programa para abandonar el sufrimiento y obtener la liberación del mismo, si hacemos una comparación con cualquier proceso de sanación mental, veremos que lo primero que hay que tener es la aceptación, aceptar que sufrimos, aceptar que hay factores que condicionan nuestros estados emocionales, el negarlo es caer en la no existencia, negación de lo que nos hace daño, de lo que en realidad no quisiéramos tener o ser.


El siguiente paso es determinar qué oquién es lo que ocasiona nuestro sufrimiento, El Honrado por el mundo señala que la causa de nuestros sufrimientos es el apego, ¿pero que es el apego?, el apego es el afecto que sentimos hacia algo, también entran como sinónimos la tendencia, el afecto, el cariño la inclinación hacia algo, la devoción, etc. por lo tanto podemos concluir que todo aquello que nos ata emocionalmente hacia algo o alguien se puede considerar como un apego, entre estos se encuentra nuestra tendencia a ciertos hábitos, nuestra inclinación hacia alguna persona; el apego nos hace sentir que sin la presencia de un ser querido la vida se acaba, que nada tiene sentido, (también se le llama codependencia).


El creer que todo lo que está en nuestro entorno nos pertenece, incluso nos aferramos a la vida cuando nuestro tiempo está completo, esto nos hace renacer y renacer en un ciclo interminable,el apego nos lleva a la codicia, la ira y a la animalidad, que son los tres venenos que afectan a los humanos, y que será tema de otra entrega.


Por lo tanto, si queremos dejar atrás el dolor que nos ocasiona sufrimiento, lo que debemos hacer es desapegarnos de las cosas y de los seres, esto no quiere decir o significa que nos deshagamos de nuestros bienes o que abandonemos a nuestros seres queridos, tampoco significa dejar de desear algo, tan solo es darle el verdadero valor a las cosas, desapegarnos emocionalmente de todo lo que nos cause dolor, amar en su correcta medida, desear lo verdaderamente necesario, ubicarnos en nuestro contexto humano y conocer nuestros límites. Es dejar atrás el pasado y no pensar en el futuro, sino instalarnos en el presente. Como dijo Condania, estar conscientes de que todo lo que inicia tiene  fin.


La inmensa sabiduría del Budha nos permite saber lo que tenemos que hacer para lograr el desapego, nos da las herramientas que necesitamos utilizar para lograr la liberación del sufrimiento, cuando te liberas de una carga material, psicológica o espiritual, sientes una gran alegría o felicidad, esto es la liberación.


Estas herramientas están dentro de nosotros, no necesitamos de cosas externas, materiales o inmateriales, para lograr la libertad mental y espiritual, incluso la devoción es un sinónimo de apego, lo que nos enseña el Budha es que debemos utilizar los siguientes Ocho Nobles Caminos para lograr nuestra liberación, estos son:


  1. La correcta visión de  las cosas
  2. La correcta aspiración
  3. Las palabras correctas
  4. La conducta correcta
  5. La vida correcta
  6. El esfuerzo correcto
  7. El pensamiento correcto
  8. La correcta concentración
Como podemos observar,  en su primer discurso El que así llega nos adiestra en la forma de llevar a la práctica  los ocho nobles caminos  a través de la vista, del pensamiento, del habla, de la actividad, del medio de vida,  de  la resolución, de la atención, y de la concentración para dejar el sufrimiento de lado, vivir la vida que nos toca no con una resignación dolorosa ni como parte de lo que en la filosofía occidental conocemos como la corriente del  determinismo que nos indica que todo en la vida del hombre esta dispuesto de antemano por una entidad superior quedando el hombre a la deriva y sujeto a la voluntad divina.


Por el contrario, la filosofía budista nos brinda la oportunidad de cambiar nuestra condición de vida, nuestra naturaleza, de mejorar como seres vivientes, de cambiar nuestro entorno de encontrar la paz, calma y felicidad a la que todo ser humano tiene derecho, tanto en lo material como en lo espiritual, ya que estos dos conceptos no están separados de nuestra existencia sino que forman parte del todo de la misma. Por lo tanto de ninguna manera es la religión pesimista que muchos consideran, por el contrario, es la religión de la razón, del cambio, de la vida.


Esta es la esencia de la Filosofía Budista.


Me despido recordando a Nietzsche en su obra “El anticristo”
“Si yo tuviera que elegir una religión, escogería el budismo”


Hasta la próxima entrega.


Namaskar.





miércoles, 11 de marzo de 2015

Nuestra Misión como seres humanos

“ESTÁS AQUÍ PARA ENCONTRAR TU PROPIO CAMINO Y ENTREGARTE A ÉL CON CUERPO Y ALMA”
BUDHA

Buen día, hermanos, después de un prolongado tiempo sin escribir, de nueva cuenta estoy con ustedes, ahora el tema a tratar es el de cual es nuestra misión en este mundo saha, ¿estamos para algo concreto o bien,solo estamos?; ¿has descubierto tu camino para la liberación o solo andas por ahí buscando sin encontrar aquello que no has vislumbrado dentro de ti?

Para muchos de nosotros, el descubrir para qué estamos en este mundo se convierte en un problema existencial, así como el querer saber de donde venimos o hacia dónde nos dirigimos, preguntas que sin duda nos llevan toda una vida o más sin responder, llevándonos al sufrimiento en cada renacimiento hasta que encontramos a alguién en nuestro camino que nos ilumina con un poco de su sabiduría y comenzamos a vislumbrar la verdad de nuestra existencia, sin embargo esto es apenas un asomo a lo vasto del universo interior en el cual se encuentran todas las respuestas a nuestra existencia.

El preguntarnos para qué estamos en este mundo tiene su respuesta según el contexto en el que nos hagamos la pregunta,  si es en el contexto material, tal vez respondamos que para obtener suficiente poder material o económico para no sufrir carencias de este orden en la existencia actual.

Si nos ubicamos en el contexto laboral tal vez nos demos cuenta que el trabajo desempeñado no tiene nada que ver con nuestra verdadera “misión” en este mundo, y respondamos que nuestra misión tiene que ver con estar conformes o satisfechos económica o  emocionalmente con la labor desempeñada.

Sin embargo, el punto más difícil de definir se encuentra en el contexto espiritual, ¿para qué estoy en este mundo?; ¿cual es la verdadera razón de mi existencia desde el punto de vista espiritual?.

Muchas respuestas se encuentra en las creencias que practiquemos, donde demostremos una fé que sea como el agua, que fluya sin interrupciones.

En general, algo común a todas las creencias religiosas es que la misión del hombre en este mundo es ser feliz, sin embargo, después de ello ¿que sigue?, antes de ello ¿que debo hacer para lograr la felicidad?, igualmente se menciona que la misión del hombre debe de ser la felicidad de los demás, pero ¿si no he logrado mi felicidad, cómo hacer felices a los otros?.

Cuando el hombre busca sin cesar durante toda su vida una doctrina o culto que le brinde la paz tan anhelada, que le ayude a encontrar su verdadera misión o camino en esta vida, muchas veces termina confundido, ante múltiples encrucijadas sin saber cual es la verdadera creencia ya que siempre encontrará que cualquier doctrina o culto siempre se va a presentar como la mejor, como la última, la que por medio de su práctica le concederá innumerables beneficios y bendiciones  así como horrendos castigos en caso de no practicar los rituales o cuestionar al líder quien puede ser un guru, maestro iluminado, chamán o como le denominen vivo o ya trascendido. Ante este panorama, el buscador tenderá a practicar algún culto sin realmente estar convencido de su beneficio, solo por miedo o por haberse cansado de buscar, sin embargo, en su mente se sentirá inconforme y a veces hasta en contra de lo que se dice o promulga dentro de la congregación elegida.

En estos casos, el hombre nunca podrá vislumbrar ni siquiera la más pequeña pequeña esperanza de liberación, y seguirá buscando hasta que le llegue la muerte o abandone su práctica sumiéndose de nuevo en el sufrimiento y la incertidumbre hasta que aparezca en su sendero otro  culto que le llame la atención y lo llene de esperanza y el ciclo inicia de nuevo.

Debemos tomar en cuenta que toda doctrina o culto cuenta con un líder o sus discípulos y seguidores, en caso de haber trascendido, que intentarán por todos lo medios que los buscadores o los novicios adopten las enseñanzas, rituales, disciplinas y actitudes que lleven a la continuidad del culto, evitando todo contacto con otras creencias y sus practicantes, con el objeto de preservar y aumentar el número de seguidores, impiden el reflexionar e interpretar bajo el libre albedrío las enseñanzas de sus líderes bajo penas de ser expulsados de la congregación o someterse a duros castigos, las “escrituras” deberán recitarse al pie de la letra, sin interpretaciones y el novicio o aspirante, aún cuente con los conocimientos espirituales heredados de otras prácticas, siempre será un ignorante y será menospreciado si aporta su opinión bajo la premisa de que se está atacando su ego y deberá mostrar sumisión más que humildad, verdaderamente se coarta la libertad y los derechos humanos de las personas, pero es una libre elección y no se puede hacer más.

Regresando a nuestro tema, debemos encontrar una doctrina o culto que nos lleve al descubrimiento de nuestra misión en todos los ámbitos de la existencia, es decir, en lo espiritual y lo material ya que ambos aspectos forman el todo, la unidad, cuando el ser humano se encuentra realizando la labor que lo fascina, espiritualmente se siente completo y es capaz de ayudar a otros seres humanos sin menoscabo de su felicidad. La doctrina en cuestión debe de ser capaz de desarrollar al ser humano como un todo, con aceptación de su humanidad, de su ser, de encontrarse consigo mismo y con la universalidad del ser, de estar en condiciones de reflexionar sobre su actuar, sus logros, tanto en lo espiritual como en lo material, de evaluar su convivencia con otras filosofías, encontrando el punto de conjunción entre todas, ya que  la verdad no la tiene un solo actor.

Recuerdo la parábola de los ciegos. Un día se reunió a cinco ciegos para que describieran un elefante, cada ciego palpó una parte del elefante, unos las patas, otro la trompa otro más el cuerpo, así el que tocó la piernas dijo que un elefante estaba constituído por cuatro columnas tan altas  como las de un templo, el de la trompa mencionó que un elefante era como un gran tubo que era capaz de conducir agua y regarla, y el del cuerpo dijo que era como un gran tonel que era capaz de albergar grandes cantidades de vino.Cada ciego describió la parte del elefante como la imaginó, con su verdad, no la verdad de todos.

Hay que reconocer que todas las religiones o cultos tienen puntos de conjunción que nos dan la idea de un origen común, aún las religiones muertas como la de los antiguos egipciós, griegos, aztecas o mayas, o pobladores de Oceanía, en fín, en todas encontramos el origen común, un origen que se encuentra en el universo, llámese Dios o Universo, Atón o Hunab Ku.

Y aún cuando al principio de la creación el hombre era el dueño de estas creencias, pronto el mismo hombre vió la oportunidad de sojuzgar a sus semejantes a través de sus creencias y se formó el sacerdocio, donde unos pocos eran los poseedores de  la verdad y por medio de ella podían dominar al pueblo común e incluso a los Reyes y personas de altas clases sociales viviendo a sus expensas y llamándole ofrendas para lograr beneficios quedando castigados con torturas infernales después de morir aquellos que no dieran las ofrendas en especie a las clases sacerdotales.

En resumen, la misión del hombre, en mi humilde opinión la cual les comparto para que reflexionen, es la de vivir, vivir adecuadamente, con acciones correctas, con aceptación de la humanidad, del ser, de la naturaleza de cada uno. Es obligación de cada ser humano el descubrir lo incorrecto en su existencia y hacer lo posible por cambiarlo hacia lo correcto, buscar la ayuda espiritual cuando sea necesario y elegir a su maestro o gurú sin miedos, y con la libertad de cuestionar sus enseñanzas, de aclarar sus dudas y , si considera que este maestro ya cumplió su función, encontrar uno con mayor desarrollo espiritual.

En cuanto a donde vamos, espiritualmente venimos del Universo o como deseen llamarle, Dios, Parama Purusa, Fuente única. Procedemos de la llama espiritual inextinguible y eterna, somos parte de ella, somos chispas espirituales y luego de dejar esta envoltura que nos ayuda a cumplir nuestra tarea en este mundo, nuestro espíritu regresa a su origen a esa llama de la que emanamos, cuando ya completamos nuestro ciclo, nos fundimos con el universo, para ello debemos practicar la meditación hasta lograr el samadhi, hasta lograr la vacuidad, hasta fundirnos con el todo en nuestra meditación, al principio será necesaria una guía, pero después la práctica nos llevará al magisterio, debemos practicar meditación al menos dos veces por día por períodos, al inicio de al menos 5 minutos hasta llegar a una hora o más. Además de beneficiarnos en el aspecto físico, la meditación nos eleva espiritualmente cambiando poco a poco nuestra natruraleza.

Igualmente es misión de cada ser humano el ayudar a otros seres a alcanzar niveles de desarrollo superiores en todos los ámbitos de la existencia, tanto el material como el espiritual, sin adoctrinamientos, ayudarles  a elegir libremente su camino, siempre con humildad pero sin sometimiento, sin arrogancia, de manera natural con completa aceptación y cumpliendo la Ley de Oro “No hagas a otros lo que no quieras que te hagan”

Gracias y hasta la próxima entrega.