El triple sendero: la ética (1)
“¿Para que hacer cosas de las que
luego tendrás que arrepentirte?. No es necesario vivir con tantas lágrimas. Haz
solo lo que esté bien, aquello de lo que no tengas que arrepentirte, aquello
cuyos dulces frutos recogerás con alegría.”
Dhammapada 5:8-9
Buen día, queridos hermanos y
lectores, el día de hoy tocaré un tema que es seguro les llevará a una
reflexión profunda de la práctica budista, cualquiera que sea la escuela o
doctrina a la que pertenezcan, tal vez, un reencontrarse con su esencia budista,
con la manera de practicar y de por qué se consideran budistas o seguidores de
la doctrina de Sakyamuni.
Pero, nos hemos preguntado alguna
vez ¿porque practico budismo?,¿Qué me atrajo de esta doctrina?
Muchas personas no se sienten
atraídas por la promesa de la paz y tranquilidad que la práctica budista puede
llevar a sus vidas, otras se acercan a los templos, monjes y practicantes como
una moda que se tiene que seguir, principalmente las personas de clase media
alta y alta a quienes se les ha engañado diciéndoles que la posición que ocupan
en un nivel socieconómico considerado superior es debido al buen Karma generado
en vidas pasadas, nada más equivocado que esto, otros más buscan la
satisfacción de sus deseos mundanos y humanos.
En algunos sutras se hace
referencia a este tipo de personas que no eran desanimadas por el Buda en su
peregrinar para llevar su verdad, a este tipo de seres se le animaba enseñando
que había varios cielos a los que podían acceder según sus acciones virtuosas
realizadas; sin embargo, son cielos temporales donde al agotarse el mérito
obtenido vuelven a renacer en este mundo saha una y otra vez. Lo mismo sucede
con los infiernos donde se expían las acciones incorrectas.
Saliendo un poco del tema, vale
recordar que es el Karma para poder adentrarnos en el triple sendero.
La doctrina del karma es una
expresión de la sabiduría universal contenida en la máxima de “Lo que siembres
cosecharas”, sin embargo, debemos ser cuidadosos con estos conceptos, no
siempre el sufrimiento o la felicidad son el resultado de las acciones
realizadas en vidas pasadas.
El Budha, identificó cinco
condicionamientos o niyamas que influyen
en el sufrimiento o felicidad de las personas, estos niyamas son:
·
Físico inorgánico
·
Físico orgánico (biológico)
·
Psicológico
·
Kármico
·
Trascedental
Un resultado, padecimiento,
sufrimiento o felicidad tiene su origen en alguno o varios de los
condicionamientos mencionados arriba y esto nos lleva a concluir que la
causalidad es un red muy compleja donde cualquier cosa que suceda es el
resultado de muchas causas. Esto nos lleva a tener una clara visión de la
realidad y al concepto de dependencia mutua, donde como se menciona en la red
de Indra, todos somos joyas que nos encontramos en una trama y al iluminarse
una, por reflejo se iluminan las demás, y al final todas se reflejan
mutuamente.
El principio del Dharmmapadda nos
dice que <los estados mentales
correctos o incorrectos son precedidos dirigidos y concebidos por la mente, el
actuar con una mente impura llevará a un acompañamiento del sufrimiento, por el
contrario, el que actúa con una mente pura la felicidad le seguirá como su
propia sombra>. Tenemos aquí, la Ley del Condicionamiento aplicada a la
ética.
El triple sendero nos lleva a
entrar a la corriente, y este se compone de: la ética, la meditación y la
sabiduría, así de esta manera iniciemos nuestro camino por el sendero de la
ética.
Todo budista debe conocer y
llevar a la práctica los Cinco
Preceptos, en ellos están contenidas las normas de conducta ética que nos
acompañan en nuestra práctica budista y están encaminados a evitar el
sufrimiento, propio y de los demás, así se cumple un objetivo del budismo, la
práctica individual y la práctica para los demás.
Estos Cinco Preceptos son,
expresados en términos positivos:
ü La
abstención de quitar la vida
ü La
abstención de tomar lo que no se me ha dado
ü La
abstención de una conducta sexual errónea
ü La
abstención de hablar con falsedad
ü La
abstención de tomar bebidas y drogas que ofusquen la mente.
La abstención de quitar la vida.- Este precepto contiene uno de los
principios que ha identificado al budismo y que lo ha hecho tan popular, sobre
todo en Occidente a partir de la segunda mitad del siglo XX, es el principio de
la no violencia o pacifismo que nos impide o evita lastimar o herir a un ser
vivo y sobre todo privarlo de la vida, esto incluye a los animales.
El realizar un acto violento
contra una persona no implica necesariamente una herida física, esta violencia
se puede realizar de manera sutil al torturar psicológicamente a una persona,
la persona violenta es incapaz de empatizar con sus semejantes, mira a sus
congéneres como objetos, la violencia, es pues la pura negación de la vida
ética y espiritual, por el contrario, la no violencia como principio
fundamental del budismo es el Dharma Supremo.
La no violencia o ahimsa, es el
amor en su máxima expresión, es el preocuparnos y trabajar por la felicidad de
los demás, por nuestro entorno natural, por la vida en sí.
La abstención de tomar lo que no se me ha dado.- La violencia es la
máxima expresión del “yo” la apropiación, como se puede definir este precepto,
es un fuerte apego a lo “mío”. Muchas veces van de la mano.
Obviamente, este precepto nos
lleva a evitar adueñarnos de cosas que no nos pertenecen, que no son nuestras,
esto incluye objetos, cosas, personas e incluso deudas que sabemos no podemos
pagar, esto nos conduce al sufrimiento, ¿no es así?.
En un sentido más amplio y
profundo este precepto aplica cuando nos apropiamos del tiempo y energía de
otra u otras personas sin tomar en cuenta su disposición o necesidades, también
incluye no falsear nuestras declaraciones fiscales, por ejemplo, el robo
hormiga en instituciones públicas o privadas, el no pagar el salario
correspondiente y justo por un trabajo; cosas que pueden parecer
insignificantes pero que cuentan mucho para los que siguen los preceptos budistas
y que están conscientes que la moralidad no es un fin en sí misma sino un
medio, un camino para alcanzar el fin último.
La abstención de conductas sexuales erróneas.- El objetivo de esta práctica es labrar nuestra
quietud, sencillez y contento en el área sexual no importando si somos casados,
solteros, homosexuales o heterosexuales o con voto de castidad. El Budha no
dijo algo acerca de la orientación sexual de sus discípulos.
Básicamente, este precepto se
enfoca a evitar abusar sexualmente de otros seres, no utilizar la fuerza, el
engaño o la mentira para satisfacer
nuestro apetito sexual, y sí debemos enfocar nuestra energía sexual, una de las
más poderosas fuerzas de la naturaleza, hacia el centro de nuestro ser, para
alcanzar al final una pureza y castidad de cuerpo, palabra y mente que nos
permita alcanzar la felicidad y la paz.
La abstención de hablar con falsedad.- Se refiere al principio de
la verdad, evitando aprobar todo aquello
que es falso.
Uno de los títulos del Budha es
el Tathagatha, cuya uno de sus significados es el de < aquel
que actúa como habla y habla como actúa>, es decir una persona que es
congruente en todo sentido, dice lo que piensa y hace lo que dice, una perfecta
unidad de pensamiento, palabra y obra.
La mentira o falsedad, es un
signo de un estado mental negativo, así tenemos al mentiroso compulsivo que al
final de cuentas convierte en su realidad su mentira. Profundizando podemos
mencionar que no solo miente el que no dice la verdad sino aquel que se
abstiene de decir la verdad cuando esto es necesario y puede salvar una
situación.
Sin embargo, se menciona que a
veces la mentira o el evitar decir la verdad es necesario y justo, ¿Cómo es
esto posible?, si alguien ve que una persona está en peligro de muerte y para
salvarlo es necesario callar, es válido, si ves que una persona es perseguida
por asesinos y puedes salvarlo diciendo que no le has visto, está mentira se
convierte en mérito, por actuar en contrario te convertirías en responsable de
un asesinato.
Por lo general la gente miente
con un propósito, beneficio personal o enriquecimiento material.
La abstención de tomar bebidas y drogas que ofusquen la mente.- El
estar consciente, el tener la mente despejada. Este precepto es causa de
polémica en los círculos budistas, sobre todo en los de tendencia occidental
donde es costumbre socializar a través del consumo de bebidas, principalmente
alcohólicas. Está demostrado que estas bebidas y si el consumo es de drogas,
está asociado con una afectación del pensamiento, del raciocinio, y son causa
de inconciencia al actuar: se conduce, se labora, se enseña, etcétera, todo de
manera inconsciente.
Es sabido el daño que ocasiona el
consumo de estas substancias, muerte, violencia, enfermedad, abandono,
discriminación, en fin, son muchos los efectos de consumir estos productos.
Además de evitar un desarrollo correcto de la meditación. Otro punto importante
es el ejemplo que damos a los demás como practicantes budistas, si consumimos
bebidas o drogas que alteren nuestra conciencia, y por ende desarrollamos
conductas incorrectas, ¿Qué ejemplo estamos brindando a los potenciales
budistas?, esto significa incluso que por esta razón se pierdan vidas en el
sentido estricto de la palabra.
El estar consciente es primordial
en la vida diaria, al meditar, al reflexionar y al actuar, es necesario en
estar en el presente de nuestra vida lo que nos llevará sin falta a determinar
y fijar el propósito de nuestra existencia, ya sea en el ámbito material o
espiritual o en ambos.
En la práctica budista, la
conciencia nos crea un compromiso con lo espiritual, por tanto la conducta
correcta nos ayudará a alcanzar la
iluminación, aunque no es determinante, existen otros factores que iremos
desvelando y que forman parte del camino espiritual.
En una próxima entrega
platicaremos acerca del segundo sendero, entre tanto generen tantos méritos
como puedan.
Gracias.
GAZA, (Gerardo Zetina)