“SABIO ES AQUEL QUE
COMPRENDE PLENAMENTE LAS TRES FASES DE LA VIDA: EL PASADO, EL PRESENTE Y EL
FUTURO”
NICHIREN DAISHONIN, GOSHO ZENSHU
Que la buena fortuna los acompañe
por siempre, en mi envío de hoy menciono una de la frases de un monje sabio del Japón (1222 –
1282) quien difundió las enseñanzas del budismo proveniente de la China y creó
una escuela en la que lo consideran como una reencarnación del Buda histórico.
Dentro de las enseñanzas
difundidas por este sabio, se menciona que el Buda Sakyamuni hablo de lo
sucedido en inconmensurables kalpas antes de su existencia, de la misma manera,
hablo del futuro cercano, hizo la predicción de su muerte tres meses antes de
que sucediera, y habló también del futuro distante y de la suerte de la
doctrina que recién impartía.
En el budismo, al hablar de la
Ley de Causa y Efecto, y ponerla en práctica, el creyente se transforma en un
sabio, porque está consciente de sus actos presentes y sabe lo que ocurrirá en
el futuro próximo o distante, de acuerdo a estos actos.
Mi maestro me confió una vez que
solo los practicantes budistas podían comprender a plenitud su vida y
transformarla de acuerdo con la experiencia de la meditación discursiva o
reflexiva. A poco comprendí la verdad de esta afirmación.
Este maestro de vida me enseñó
que para practicar el budismo hay que tener coraje, determinación y valentía, porque al meditar reflexivamente,
en el inicio de la práctica budista, muchos abandonan por el temor que surge al
descubrir a sus demonios, por ver el infierno en que se han convertido sus
vidas, y eso porque solo escudriñaron brevemente su pasado.
En el inicio de mi práctica,
cuando mi vida era un caos en todos los aspectos, y comencé mi experiencia
budista, a través de la meditación reflexiva y discursiva me descubrí enfrentando
mis demonios y temores o traumas, como dijera algún practicante de la psicología
moderna, realmente tuve la intención de abandonar lo que recién inicié cuando
vislumbre el pasado de mi actual existencia , sin embrago, gracias a la guía
acertada de mi maestro que reforzó mi determinación pude continuar adelante y
transformar mi vida, o como dicen los camaradas de la Soka Gakkai, concreté mi
Revolución Humana.
No quiero decir con esto que
alcancé la sabiduría plena o que me ilumine totalmente, pero si pude ver en mi
interior y trabajar para transformar aquello que se debía cambiar y mejorar en
lo personal para poder mejorar mi entorno y disminuir el sufrimiento.
Y realmente, el ser humano cuando
descubre lo que hay dentro de sí, prefiere ocultarlo en lo más profundo de su
ser antes que enfrentarlo y superarlo, prefiere abandonar un camino de
recuperación y sanación y perderse en la
espesura del sufrimiento ¿esto es sabiduría?
Un practicante budista, brahmán o
hinduista, compartimos un origen común, siempre
tendrá en su mente el pasado lejano o cercano como indicador de su sufrimiento
presente o futuro, si se realiza un acto incorrecto, el resultado lo sufriré en
este presente, en este momento o bien en un futuro, pero irremediablemente lo
padeceré, esto es la Ley de Causa y Efecto, por ejemplo, en un plano físico, si
soy un fumador empedernido es casi seguro que a la larga, en mi futuro, sufriré
las consecuencias de este exceso, enfisema, cáncer, problemas cardiológicos,
etcétera, irremediablemente existe un momento en que será mi presente.
Los actos realizados a nivel espiritual,
hablemos de emociones o intenciones, igualmente tienen su reflejo en el futuro,
son como semillas que se tiran sobre la tierra, algunas germinan, tarde pero lo
hacen, otras nunca tienen desarrollo, en el plano existencial se debe a que a
través de una práctica constante logramos eliminar o minimizar el efecto de
estas acciones, por terribles que fueran.
Si hablamos de una emoción como
los celos, si nos dominan a la larga sufriremos por ello y generaremos
sufrimiento en otras personas, crearemos fantasmas en nuestra mente y en casos
extremos la gente llega al crimen, condenándose a mayores sufrimientos en una
cárcel y en caso de escapar a la justicia, el sufrimiento mental generado es
enorme aunado a la soledad emocional.
El ser humano debe de estar muy consciente
de los actos de su vida presente ya que estos al segundo ya pertenecen al
pasado e influirán en nuestro futuro y se convertirán en nuestro presente en un
momento determinado. Ahí radica la consciencia de nuestra existencia, en asumir
nuestra responsabilidad, en situarnos en la realidad de nuestra existencia en
vez de vivir en la ilusión, de soltar los apegos que nos nublan la razón y
generan sufrimiento emocional en dispensar amor y comprensión a todos los seres
sintientes.
Es donde podemos aplicar la
sabiduría de Nichiren al invitarnos a comprender plenamente las tres fases de
la vida: el pasado, el presente y el futuro.
Gracias y hasta la próxima
entrega
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SARAHA (GAZA)